lunes, 21 de febrero de 2011

Despertando






Hoy han aparecido las primeras golondrinas. El campo se viste de verde y amarillo. Las higueras empiezan a brotar. Sin embargo, mi almendro acaba de florecer.
Febrerillo el loco nos deja respirar una brisa cálida anticipándonos lo que vendrá en breve.
Y todo esto con Candela iluminándolo todo de día y de noche.

martes, 12 de enero de 2010

Buscando y encontrando y encontrando sin buscar. Marquesa de chocolate




Cuánto tiempo, ¿verdad? Desde el año pasado, uf, ya casi echaba de menos esto de escribir. Siempre busco un momento, un tema, una excusa... pero no siempre los encuentro y, claro, pasa y pasa el tiempo. Creo que este año va a ser el año de las búsquedas y espero tener suerte. De momento, eso parece. Chiara, mi perra, se perdió hace hoy una semana; ha aparecido sana y salva (un poco tristona, pero creo que eso es normal). Ha estado varios días deambulando por ahí, pero, gracias a Dios, los días de frío los ha pasado con su ángel de la guarda (una chica se la encontró y se dio cuenta de que se había perdido, así que la ha tenido en casa hasta hoy, que la ha llevado a un veterinario).

Otros encuentros satisfactorios están relacionados con la cocina y los blogs. Buscando qué hacer con el azúcar invertido (vaya cosa), me topé con el blog de Las tentaciones de los santos, que no tiene desperdicio alguno, una maravilla para los que nos gusta cocinar y degustar. También me he encontrado con otra maravilla de blog, La manzana dulce de Eva, forofa del chocolate, por lo que veo, y de Julie Andrieu (al igual que yo). Para aprender a hacer pasta fresca me abrió los ojos A mí lo que me gusta es cocinar, una mezcla de cocina española e italiana maravillosa. Y por último, y sin buscarlo, me topé un buen día con My Little Things, otro blog precioso con unas recetas muy originales y con unas presentaciones de quitarse el sombrero.

Sin querer, mi amiga Susi, en su blog Aprendiendo cada día me ha hecho reencontrarme con mi tarta favorita, la tarta sácher, todo chocolate para fundirlo en boca. Y de chocolate en chocolate, me acabo de encontrar con una caja de bombones Lindt, otro auténtico placer.

Así que, chocolateada como estoy brindo por mi perra que ha vuelto a casa, y os traigo hoy una receta de Julie Andrieu, la marquesa de chocolate, que os pongo a continuación

¿Qué necesitamos?
- 250 g de chocolate para repostería
- 250 g de mantequilla
- 4 huevos
- 4 cucharadas de azúcar

Vale, ya lo tengo todo, ¿ahora qué?
1. Elegimos el molde apropiado, mejor uno alargado. Lo aceitamos y lo forramos con film transparente dejando bastante plástico por los lados (que sobre bastante mejor).
2. Ahora vamos a fundir el chocolate. Esto lo podemos hacer a fuego lento, sin dejar de remover; o al baño María; o en el microondas, vigilando constantemente y removiendo para que no se nos queme (mejor en un recipiente de cristal). Una vez derretido, le añadimos la mantequilla cortada a cuadraditos y mezclamos muy bien, hasta obtener una mezcla homogénea. Apartamos del fuego.
3. Separamos las yemas de las claras de los huevos, y batimos las yemas con el azúcar hasta que blanqueen. Añadimos ahora el chocolate con la mantequilla y mezclamos bien.
4. Batimos ahora las claras a punto de nieve, que queden bien firmes. Con una espátula y mucho cuidadito, para que no se nos bajen, vamos agregando y mezclando las claras montadas con la crema de chocolate, levantando con cuidado la masa.
5. Vertemos todo en el molde y lo llevamos al congelador, como mínimo unas tres horas. La sacamos 15 minutos antes de servir.

En el congelador se conserva durante mucho tiempo y es como un helado. Yo prefiero tomarla así. Probadla que está buenísima y es muy fácil de hacer.

Un abrazo.

sábado, 19 de diciembre de 2009

Con "un gatoenterito" en el estómago (limonada alcalina)

Mi suegro era único contando anécdotas. Cada vez que nos reuníamos ya fuera junto a un fuego en invierno, o en la terraza, en verano, siempre acabábamos muertos de risa con las cosas que nos contaba.
Una vez, (bueno, muchas veces en verdad porque nos encantaba que las repitiese) nos contó que el marido (o el hijo, no recuerdo) de una señora que vivía por aquellos montes se había puesto enfermo y que fue al médico. Al poco tiempo mi suegro se la encontró y le preguntó por él: "¿Se puede usted creer, Miguel, lo que nos ha dicho el médico? que tiene un gatoenterito en el estómago y que por eso tiene tantos vómitos y diarrea".
¡Ay, Dios mío!, sí, un gatoenterito en el estómago, pues así estamos en casa ahora mismo. Empezó Paloma el jueves por la tarde. Hoy, somos Santiago, Germán y yo; todavía quedan dos por caer, pero esto promete, seguro que no se libran. Menos mal que es cuestión de un día, que si no...
Así que aprovecho para poner la receta de algo muy práctico para estos momentos, la limonada alcalina. Ya sé que hay bebidas de estas isotónicas o como sea que se pueden tomar a cucharaditas en estos casos; pero yo prefiero hacerla de manera natural.

Ingredientes:
- 300 ml de zumo de limón
- 600 ml de agua
- 1/2 cucharadita de café de sal
- 1 cucharadita de café de bicarbonato
- 3 cucharadas soperas de azúcar.

1. Ponemos a hervir 5 minutos el agua y mientras vamos exprimiendo los limones.
2. Cuando el agua esté templada añadimos el resto de los ingredientes y removemos bien.
3. Tomar a sorbitos pequeños o a cucharaditas.

Espero que nos sirva. A mí no me gusta nada, pero a Yago no le parece tan malo, acostumbrado como está a los caramelos estos como el escalofrío.

Y lo del gatoenterito en el estómago, la verdad es que la mujer no iba tan desencaminada, porque nos sentimos como si lo tuviéramos de verdad.

martes, 24 de noviembre de 2009

Tutoría de padres



Tutoría de padres. Viene la madre de Julia para ver qué tal va su hija. Julia estudia 4º de secundaria, pero está a punto de cumplir 18 años. Es muy buena chica, cariñosa, amable, educada... pero no da un palo al agua. Ya, si tiene que volver a repetir será en un centro de adultos y eso no lo quiere ni oír. No obstante sigue en las mismas.
Hablamos su madre y yo. Tutoría de una hora y media. Después de mucho contarle lo poco que hace su hija, le llega a ella su turno de explayarse. Familia desestructurada, enfrentamientos entre padre y madre, hijos de por medio... Ya la tutoría deriva en los problemas personales de la madre de Julia. Dios, qué sola está para que esté contándome todo esto. Nos hemos visto por el colegio en muchas ocasiones, y llevo varios años dando clases a sus hijos; pero es la primera vez que hablamos cara a cara. Me abre la puerta, me coge de la mano y me mete en su vida privada. Habla, ríe, llora... y yo allí, al principio un poco sobrepasada, rígida; pero poco a poco esta mujer tan cariñosa y tan expresiva y tan necesitada me va haciendo tomar partido. Me relajo, la comprendo y me gustaría ayudarla, pero es muy difícil; son temas muy complicados. Lo más que puedo hacer es aconsejarle algunas pocas cosas para que Julia vaya mejor. Para ella es más que suficiente. El simple hecho de que yo vaya a hablar con Julia y el simple hecho de que ella se haya desahogado con una extraña, le hace sonreírme con agradecimiento sincero.
Ojalá Julia apruebe el curso, lo digo de corazón.

Sé que hace tiempo que no traigo un plato a la entrada. Hoy cena fría de coca de anchoas. Viene más gente de la cuenta y hay que preparar algo que llene y que valga para un regimiento. Hago la masa de la coca, muy parecida a la de la pizza. La amaso (a mano, que la Thermomix vuelve a estar tonta), le paso el rodillo (me encanta esto), la estiro y hala, imaginación al poder. En este caso, anchoas, salsa de tomate natural, aceitunas negras, aceite de oliva y orégano. Muy apropiada para este verano tan largo.